En el Convento de San Francisco,
construido sobre los restos de un palacio de la época de Muhammad III,
en una de las lápidas que allí se encuentran, perteneciente a un
individuo del Santo Oficio, nos encontramos con este ser de leyenda.
Se dice de este animal en los textos antiguos que tenia el poder de
purificar el agua, se da la casualidad de que junto a esta lápida pasa
la acequia de la Alhambra que va hacia los palacios. Sin duda la magia
del azar es la más poderosa de todas, y
en esta colina de la ciudad de Granada debe existir algún poderoso
sortilegio, quizás la imagen más bella hubiera sido la de imaginar
rebaños de unicornios pastando por los prados que las rezumantes
acequias crean al pasar por el Valle del Darro, mientras purificaban con
su presencia el agua que habían de beber los reyes. De vivir en un
tiempo mítico sin duda no habríamos de descartar esta posibilidad, hoy
día nos bastamos con desentrañar las imágenes que el azar nos lega como
si fueran las ruinas evocadoras de aquel tiempo mítico.
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