viernes, 9 de octubre de 2015

La Nube del Dragón

No es este lugar para tratar las razones técnicas y geográficas por las que incluso en verano es posible ver las cimas del Valle de Lecrín y la Sierra de Lújar preñadas de nieblas y brumas. Es más interesante hablar en cambio de una nube en concreto, de una nube serpenteante que todos los años baja de las montañas, lenta e inexorablemente hacia su cubil en el llano, cerca del río. Esta nube no es una nube cualquiera, se trata de la Nube del Dragón, como es conocida popularmente por los habitantes de los pueblos de la zona, y como debió de ser conocida en las lenguas olvidadas de la antigüedad. Hoy en día la nube ya no aterroriza a nadie en el Valle, incluso cuentan los mas ancianos que cada año el perfil draconiano de esta es menos evidente, pero a raíz de las pocas representaciones que se han conservado de las culturas primitivas de la zona es posible pensar que el Dragón debió de haber sido el centro de oscuros cultos de los que apenas sabemos nada. Quizás solo el río, ese al cual va a desembocar la nube para una vez allí desparecer, tenga algo mas que contarnos sobre su morador. El río del que hablamos es el Guadalfeo, también llamado río de la Sierpe.




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