viernes, 6 de mayo de 2016

Panderete de las Brujas

''La figura de la cumbre justificaba el nombre de la colina: era enteramente redonda y perfectamente plana, como la superficie de un pandero; en cuanto á su calificacion de Panderete de las brujas la justificaba el ser pública voz y fama que en aquel lugar se reunían todos los sábados á celebrar sus conventículos las brujas residentes en diez leguas á la redonda. En medio de la cumbre había un casuco arruinado y desvencijado, en donde según fama, los demonios levantaban su trono á Lucifer, siempre que se celebraba una de aquellas negras, misteriosas y reprobadas festividades, en cuyo trono se sentaba el espíritu de las tinieblas, disfrazado bajo la forma de un macho cabrío.'' (Los Monfíes de las Alpujarras, de Don Manuel Fernandez y Gonzalez)

Volvemos por un momento al Panderete, si es posible hablar así de un motivo que nunca se ha ido, y que difícil es que lo haga puesto que mientras que escribo estas palabras lo estoy divisando a lo lejos, tan seco y estéril como de costumbre.

De este extracto de la novela se tiene que en la época en que se escribió debía haber en el lugar una casa ya en ruina por aquel entonces. O quizás no, se trata solo de una novela, pero lo cierto es que justo al lado del Cerro hay un ''casuco'', ''arruinado y desvencijado''; no iremos tan lejos como al afirmar que allí, en esa casa, levantan los demonios un trono a Lucifer, o quizás si, y ya sea hora de enfrentar de una vez con lo que sea que ha dado pábulo a la leyenda. Pronto habréis de saber más.



No hay comentarios:

Publicar un comentario