Ahora en serio: el Golem. El golem es la muerte de Dios. Y eso no importa, también es la muerte de la muerte; es la muerte de Prometeo: el dios humano; el fin del azar y el fin del azar es el final del amor: no hay nada más aleatorio que la gota de semen que cae; el golem es el fin del infinito. Es el ser más terrible que haya existido nunca, y por suerte, las veces que lo ha hecho ha sido vencido, ¿como un ser tan poderoso ha podido ser derrotado?
Y en Granada...
En Granada y en otras ciudades mágicas, donde el teatro de la vida se
interpreta mejor: tiene mejores actores, mejor escenario y los
sentimientos mueven más átomos y células que en otros sitios. Allí, aquí
en esta ciudad, en las callejuelas y adarves de su judería hubo una
noche el la que el Autómata caminó entre nosotros. El poder de la letra y
la hibris de aquellos humanos que conocen lo que no debe de ser
conocido lo convocó de entre los anhelos del hombre: ¡Quien lo diría!
Son tantas las pesadillas y los terrores que mueren al alba, tantas las
miserias que el tiempo apacigua...Y tuvo que ser un anhelo el que estuvo
a punto de acabar con la vida.
Llegó desde oriente, oculto en un libro, como lo hacen los auténticos demonios, un libro que fue guardado durante mucho tiempo en las mazmorras que hoy día podemos ver en lo alto de la colina del Mauror...
Llegó desde oriente, oculto en un libro, como lo hacen los auténticos demonios, un libro que fue guardado durante mucho tiempo en las mazmorras que hoy día podemos ver en lo alto de la colina del Mauror...
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