Dicen que éstas luces tenían nombres, y que abandonaban el mundo de los vivos cuando caía el atardecer del Día de los Difuntos. No volvían solas. En sus brazos portaban nuevas estrellas, que elevaban consigo a lo más alto del cielo para añadirlas al collar de perlas brillantes que cada noche domina el firmamento.
"Porque los hombres fueron engendrados con esta ley, y deben cuidar de
este globo que ves en el centro de este templo y se llama la Tierra, y
se les dio el alma sacada de aquellos fuegos eternos que llamamos
constelaciones y estrellas, que en forma de globos redondos, animados
por mentes divinas, recorren con admirable celeridad sus órbitas
circulares..." (Cicerón - El Sueño de Escipión, en su De Repubica VI,15)
Pintura del granadino Luis Ricardo Falero, Estrellas Gemelas (París, 1881). - Metropolitan Museum NY.
Pintura del granadino Luis Ricardo Falero, Estrellas Gemelas (París, 1881). - Metropolitan Museum NY.
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